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martes, 21 de abril de 2009


Muchos, no todos, hemos agradecido la llegada de Obama al poder en los Estados Unidos de América, porque así se llama la weá, no es América. América y americanos somos todos, no sólo los afortunados parásitos involuntarios que nacieron entre Canadá y México, más Alaska, allá en la esquina,  donde  uno cree que se va a cagar de frío y morir de soledad o huyendo de un gigantesco oso gris hambriento que te persigue por los bosques. La verdad no es así. Alaska es un territorio bello, con una primavera y
un verano fascinante rodeadas de un crudo y gélido invierno, igualmente fascinante. En honor a la verdad he de decir que jamás en mi perra vida he pisado Alaska, pero si pudiera pisar el estandarte de la dominación, la traición y la mentira, iría a Alaska y a New York (saludos a la familia) y mearía en cada árbol que encontrara a mi paso, para dejar testimonio de mi perrunidad sudaca y hacer imperio, dentro del imperio, a base de orín y mierda. Super sudaca.

Un buen amigo, hijo del Islam y con quién concuerdo en menos cosas que el vuelto de un media hora, dice que Obama es más de lo mismo, que Israel seguirá matando palestinos y que, en fin, otra sarta de cosas que ni siquiera detalla, capaz que sea miembro de una célula de Al Qaeda. Yo no estoy de acuerdo. Obama no es lo mismo. Obama es negro y, déjate de bromas, ser presidente negro en el país del KKK, es cualquier cosa, menos lo mismo. Es como si Aucán Huilcamán fuera presidente de Chile. No, es como si un peruano o un boliviano fuera presidente de Chile. ¿Quién se imagina a Alberto Mamani persidente? Como diría mi buen amigo Julio, andáte a cagar!No es lo mismo. Obama no es lo mismo. Pero una cosa es Obama, que no es lo mismo, y otra cosa es la historia y la cultura y las costumbres y los códigos implícitos que hacen que todas  las cosas sigan más o menos igual, disculpen el pesimismo. Y si no lo disculpan se pueden ir a hacer una puñeta ahora mismo.  Pero no vamos a pecar de ingenuos, fuera de los Estados Unidos de América (y fuera de Europa y quizás de África y Asia y la sudaca Sud América, también) el mundo es difuso. Tal cual como las tribus y pueblos primitivos, el mundo es plano, cuadrado y en el centro están ellos. Más allá, la desgracia, la perdición, la corrupción, la ignorancia y la fealdad. Y eso no depende ni de Obama ni de Bono ni del Dalai Lama.  Ya lo levan en la sangre (lo llevamos), en la historia, que tira más que yunta de bueyes. El resto, nosotros, los sudacas, los negros, los chinos, los flaites, las mujeres, los maricones y lesbiana, los viejos, los niños, los estudiantes, los trabajadores, no existimos. Hay que hacer lo posible por ser joven y blanco y rico. Ojalá hombre. ¿Pero es así la cosa? ¿y si hacemos una revolución y cada perro que no sea hombre-joven-blanco se levanta y arroja una piedra o dispara una bala?  Dejamos la cagá. La pólvora  de nuestras armas ennegrecería el cielo y habría una segunda era del hielo o tercera, vaya a saber yo. 

Mi amigo tiene razón, en parte creo yo. Obama en diferente, pero nada creo que vaya a cambiar mucho. Como acá. ¿Frei o Piñera? La misma weá. ¿Arrate? Mejor, pero tiene menos soporte que los maniquíes de Tricot. Quisiera ver a un Lautaro Glorioso leventando su lanza, quisiera ver a Condorito empalando sin misericordia al ratón Mickey. Quisiera tomar un avión o un barco y bajarme en Venecia sin documentos. Quisiera que los turistas japoneses se pasearan por Valpo sin la paranoia de perder sus Nikon. Quisiera que no hubiera pobreza. Quisiera que no hubiera opresión de los débiles. Quisiera, a veces, libertad, igualdad y fratenidad. Pero con tanta igualdad, no podría darle un tiro al puto de Piñera (Paul Schaeffer,  Hugo,  Cristina, Bush, Berlusconi, Ratzinger) y a tantos más que se lo tienen bien merecido. Me incluyo

miércoles, 15 de abril de 2009

Piñera: Púdrete en el infierno


No encontrarán en esta página marranerías del estilo estimados lectores o cosa semejante. No son estimados, son parte, de alguna manera más o menos conocida por ustedes mismos y por quienes los conocen, de la bazofia humana más inmunda y despreciable. Todos lo somos.
Pero siempre hay alumnos aventajados, en este caso, la basura más basura entre los deperdicios de latex y pañales usados. Aquellos que han hecho de la bajeza, la usurpación, la traición y el engaño una suerte de arte demoniaco que practican con elegancia aristocrática y con los escrúpulos de un repugnante vagabundo que urga en los basureros mugrientos del último callejón del último pueblo sucio y despreciable de la faz de la tierra. Son bellos y bellas -aunque no tengo nada en contra de la belleza, todo lo contrario- pero horribles en su esencia, la cual esconden de la vista del público con maestría y desparpajo. Incluso la maquillan, la adornan y alhajan con discursos de buenas intenciones, progresismo, altruismo y toda una serie de ismos que entre pliegue y pliegue dejan ver la putrefacción del pellejo infame que los constituye.
Ayer leí con indignación, pero sin sorpresa alguna, como el respetable candidato de RN, Sebastián Piñera aprovechaba como buitre los restos de una joven muerta de un balazo -que le dio otro infame anómalo descerebrado- para proclamar, una vez más y de forma majadera, que cuando él sea presidente nadie va a sufrir lo que esa pobre familia a manos de la delincuencia. Sinceramente me cuesta imaginar que mecanismo nazistoide inquisitivo podría utilizar el alumno aventajado de la escuálida derecha chilena -que dicho sea de paso, no es más escualida que todo el resto- para acabar con un fenómeno que en su mente perturbada por la especulación bursátil no cabe. Y si cabe, debe ser en términos de ganancias y pérdidas. ¿Ganará o perderá lucas el marrano candidato cuando a alguien le dan un tiro en la cabeza?¿Subirán sus podridas acciones -el 1% de FASA, por ejemplo- cuando la gente angustiada por los empleos indignos y mal pagados se atragantan con fluoxetina-alparazolam-bupropión automedicado? Sumando y restando, pareciera ser que el primero del curso, la guinda de la torta de caca, más suma que resta.
¿Y que hacemos nosotros? Aceptamos el trabajo mal pagado y lo que ganamos nos lo gastamos en FASA, en Lan.com, una nueva forma de viajar, tomamos Escudo porque tiene más color y más cuerpo y tu hermana, nos pintamos los ojos con Maybelline New York, porque está en ti, está en Maybelline, dejate de bromas. Nos bronceamos con Dove Summertone, no sé porque carajo, compramos con tarjetas Mas, CMR, PRESTO -¿Te PRESTO? (el ano)- y otra serie de plásticos que ofrecen ofertas asombrosas. Lo verdaderamente asombroso es que la oferta es más cara que la no oferta y más asombroso aún es que nosotros -tristes ovejas acéfalas- compramos las ofertas!. Ya todos saben quién trajo los famosos plásticos a esta angosta y piojenta faja de tierra.

martes, 14 de abril de 2009

First edition

La coincidencia del tiempo y del espacio en este punto único y transitorio como cada cual me deja con la más cruda libertad frente a la pantalla rasa. ¿A quién le dispararé?. Es de primera importancia reconocer que hago acá, quién soy y a quién quiero matar, todas ellas dudas existenciales de lo más comunes y que cualquier ciudadano que se precie de tal debe tratar de responder o responde sin más, sin tratar para nada. 
Soy un perro muerto. Primera respuesta. Es decir, soy una comida que no se pagó, un tipo o tipa o pandilla que huyó con la guata llena y el hígado trabajando sin dejar un peso, lo que llevado a mi identidad significa que no pienso pagar nada, todo será gratis para mi (fuck you!, maldito carajo hijoeputa mal parido!!!: primer ejercicio de libertad gratis)
Disparo. Segunda respuesta, curiosamente a la primera pregunta. Lo que lleva a la tercera pregunta sobre los beneficiados con las balas gratis que me dispongo a repartir: la raza humana, la más puerca y repugnante especie que jamás pobló la superficie y los bajos fondos de este inmundo planeta. Y me incluyo como buen hijoeputa que soy, aunque soy un perro, son un puto perro que escribe y dispara lo que me hace bastante malditamente humano.
Púdranse en el infierno y preparen  la neurona para recibir las balas que iran por ustedes, todos usted.